Ya me conocéis, ... soy más rural que la alfalfa, y en éste nuevo proyecto no iba a ser menos.
Éste verano estuve unos días en la casa de mis suegros, en un pequeño pueblo salmantino cercano a Portugal; y haciendo mucho tiempo que no pernoctaba en una casa familiar de pueblo, me vinieron a la mente recuerdos de infancia de mis otros pueblos de mi familia, de aquellas semanas santas, veranos ó navidades que sabíamos que el amiguete de turno había llegado al pueblo porque su padre había aparacado un año el R7 de turno en la casa de la abuela, pasados unos años el CX,... el Scorpio,... para otros amiguetes y para mi mismo, el coche aparcado en la cochera del pueblo siempre era el mismo, ó casi el mismo, aunque mis tíos siempre lo aparacaran dentro y cada tres ó cuatro años trajeran al pueblo un coche nuevo... Qué tiempos aquellos...
Recrearé, basándome por primera vez en unos escenarios reales representados por la casita salmantina, a aquellos encuentros familiares en los que siempre había uno que tenía la suerte de aparcar el coche dentro de la cochera, a la sombrita,... y los otros ocupaban un vado inexistente. Va por vosotros.
Éste verano estuve unos días en la casa de mis suegros, en un pequeño pueblo salmantino cercano a Portugal; y haciendo mucho tiempo que no pernoctaba en una casa familiar de pueblo, me vinieron a la mente recuerdos de infancia de mis otros pueblos de mi familia, de aquellas semanas santas, veranos ó navidades que sabíamos que el amiguete de turno había llegado al pueblo porque su padre había aparacado un año el R7 de turno en la casa de la abuela, pasados unos años el CX,... el Scorpio,... para otros amiguetes y para mi mismo, el coche aparcado en la cochera del pueblo siempre era el mismo, ó casi el mismo, aunque mis tíos siempre lo aparacaran dentro y cada tres ó cuatro años trajeran al pueblo un coche nuevo... Qué tiempos aquellos...
Recrearé, basándome por primera vez en unos escenarios reales representados por la casita salmantina, a aquellos encuentros familiares en los que siempre había uno que tenía la suerte de aparcar el coche dentro de la cochera, a la sombrita,... y los otros ocupaban un vado inexistente. Va por vosotros.