Permitidme de dar mi opinión, que es muy diferente de las que he leído estos dos días en los dos temas donde se ha comentado y que seguramente será impopular, pero intento ser justo. Si no procede y la administración considera mejor dejar el tema, por mí perfecto, pero lo digo como reflexión personal a comentarios anteriores de este mismo hilo.
1.- Entiendo el disgusto o la frustración de quien hubiera adquirido algunos productos por la web de Salvat a unas condiciones muy beneficiosas y que después la editorial le haya anulado el pedido por los motivos que expone la misma.
2.- En cuanto a la reclamación conjunta: entiendo honestamente que es perder el tiempo, más allá de una iniciativa legítima para canalizar la frustración al sentirse estafado por no haber conseguido el objetivo de adquirir esos productos a un precio muy beneficioso. La editorial no ha incumplido ninguno de sus compromisos ni acuerdos legales. No me malinterpretéis, pero sois los que aprovechando una "vulnerabilidad" en el proceso de compra de la tienda quisisteis
"estafar" a Salvat (texto rectificado ante la observación de
@sacratif en mensaje de las 16:57 h.)
obtener algunos de los productos ofrecidos en la web a un precio muchos más beneficioso del pretendido por la editorial, haciendo uso de un descuento que no iba destinado a vosotros, compartido a través de redes sociales. Sí que sería denunciable que la editorial os hubiera enviado ese descuento a vosotros y después no lo aceptara, pero no es el caso.
PS: (Pensaba que se entendería a lo que me refería al ponerlo entre comillas; no era mi intención acusar a nadie sino decir con la mayor brevedad posible lo que acabo de especificar en azul, "estafar", "sisar", aprovechar un error de otro, "aprovecharse", decidlo como queráis...)
(En cuanto a la intencionalidad de cada cual, no entro a valorarla porque no la conozco; no intento ser ni juez, ni fiscal, ni abogado de Salvat; tan sólo ejerzo el derecho de dar mi opinión -como se nos garantiza a todos en este foro- y además con total respeto como siempre dejo claro en mis intervenciones; además, comentar que para realizar algún acto ilícito no es necesaria voluntariedad. De todas formas, pido disculpas a quien haya podido ofender con mis opiniones, que debidamente matizadas, reafirmo.)
3.- Caso contrario sería que la editorial hubiera cometido algún tipo de error en la programación de la tienda online y se hubieran realizado compras en unas condiciones no pretendidas por Salvat pero atribuíbles a un error de estrategia o operativa propia. Esto ya ha pasado. ¿Os acordáis que en San Valentín 2020 activaron un segundo descuento sin desactivar el anterior y se juntaron dos descuentos (-35% dto / 2x1 en menor precio) en el mismo producto adquirido? Por poner un ejemplo de alguno de los artículos que yo adquirí, un autocar de la serie "Autobuses Españoles" de la colección "Vehículos Históricos Españoles" (conocida vulgarmente como de "las cajas de zapatos"), que tenía un precio habitual en tienda de 29,99 € salió por 7,00 €. ¿La compra fue ilícita? No, fue un error de programación de la editorial.
¿Y qué hizo Salvat? Asumir dicho error y enviar todos los pedidos que se habían realizado en estas ventajosas condiciones a sus compradores, pues el cliente no tenía ninguna culpa ni había infringido ningún acuerdo legal en la compra. Seamos honestos, pues, a la hora de criticar y desprestigiar la imagen de quien sea obviando injustamente parte del mensaje o de los hechos (seguramente por desconocimiento, ya adelanto).
Os pongo un ejemplo contrario ¿Os acordáis que Altaya activó para compra en su web unidades del Pegaso 1231 "Campillo Palmera" y creo que también del Barreiros 4238T de Montero Ruiz? Se comentó que fue una estrategia para saber la demanda que tenían estos artículos. Pues bien, la compra se materializó sin incumplir ninguno de los acuerdos legales y Altaya aún es hora que envíe un triste mensaje para anular la compra y ni qué decir de enviar las miniaturas. ¿Apreciáis alguna diferencia? En este caso sí que procedería la realización de una demanda conjunto por incumplimento contractual al haber puesto en venta unos artículos de los que no disponían por error o por estrategia comercial. Pero el caso de Salvat es totalmente diferente y cuando se han equivocado, han acarreado responsable y seriamente con sus consecuencias. No lo olvidemos, que la memoria es frágil.
4.- Os pongo un ejemplo similar e intentad poneros en el puesto del vendedor, no del cliente:
Sois propietarios de un comercio y regaláis un vale de 50,00 € a clientes habituales que dispongan de la tarjeta correspondiente (léase el legítimo destinatario del descuento de 50,00 € de Salvat). El descuento se puede usar una única vez. Un cliente A lo usa y la compra le sale más económica. Ante esta circunstancia, dejando de lado cualquier razonamiento ético, intenta volverlo a usar para conseguir un precio más ventajoso en una siguiente compra. ¿Si vosotros fuerais el vendedor, y el sistema no hubiera detectado el uso duplicado del mismo, le hubierais permitido que se aprovechara cuantas veces hubiera querido de este descuento? ¿O por el contrario hubierais dicho: encima que le hago un descuento va y se aprovecha para estafarme mediante compras reiteradas del misma descuento?
Pero resulta que el sistema lo detecta y evita que el mismo cliente use dos veces el mismo código promocional. Entonces, alguien decide compartir ese descuento (sujeto a unas condiciones y circunstancias muy definidas) con su pareja, hijos, suegros, hermanos, primos, amigos... para burlar al sistema y evitar que detecte que dicho código promocional ya fue usado. ¿Quien hace entonces la trampa? ¿El comercio o el cliente?
Y resulta que cuando os dais cuenta que alguien a quien no iba dirigido un descuento hace uso de él ilegítimamente intentando burlar al sistema (a ver si cuela), le anuláis el pedido, de buenas maneras le decís "que el descuento no iba dirigido a él" en lugar de decirle "que no está bien estafar y que se ha intentado aprovechar de vuestra buena fe pero le habéis pillado" y la respuesta del cliente es ponerse gallitos y amenazar con reclamaciones colectivas... Reclamaciones colectivas por no haber conseguido hacer un uso fraudulento (aprovechando una vulnerabilidad del sistema) de un descuento que todos los que lo habeis usado sabíais perfectamente que no os pertenecía porque la editorial no os lo había enviado a vosotros sino a vuestra suegra que sí que tuvo un problema y acordaron solucionarlo mediante un cheque descuento de un sólo uso. Si fuerais el comercio ¿qué pensaríais?
Sin acritud, ¿no será una cuestión de egoísmo y de poca honestedad, en un mundo que cada día más se aleja del valor de la hornadez para justificar cualquier beneficio económico propio?
Salvando las distancias, me pregunto qué hubiera pasado si yo hubiera perdido mi cartera por la calle. ¿Cuántos me habrían intentado localizar para devolvérmela con todo el dinero dentro, cuántos la hubieran dejado en un buzón sin el dinero en metálico para que al menos no tuviera que renovar toda la documentación (y aún se hubieran sentido legitimados para estarles agradecidos por únicamente haberse quedado con 150 € en compensación de su "buena obra") y cuántos hubieran hecho usa de mis tarjetas de crédito hasta que se hubiera procedido a su anulación.
Y resulta que de estos últimos aún habría tenido que escuchar sus reproches por haber anulado la tarjeta y no permitirles que continuaran haciendo uso de mi dinero ilegítimamente o que me culparan a mí de su uso fraudulento de la tarjeta por haber perdido mi cartera. El hecho es similar pero ¿a que suena la música muy diferente? ¿Y para que sonara totalmente diferente, qué pensaríais si quien hubiera perdido la cartera hubierais sido vosotros?
Y no lo dudéis, la cartera es igual que sea la mía que la de Salvat; no por ser una empresa más grande y con más dinero el hecho pasa a ser éticamente justo.
Entiendo que los valores de la sociedad actual empañan la posible toma de decisiones justas, pero es nuestra obligación no dejarnos afectar por las injusticias que repetidas una y otra vez se convierten en causas cotidianas y por tanto familiares, que podemos llegar a confundir con justas y legítimas. Pero si nos pillan, al menos reconozcamos que nos han pillado. Y no olvido que también el pillado habría podido ser yo.